NACIONALES

Mercedes Aráoz: “Tenemos un problema que se llama Odebrecht”

 

ENTREVISTA. “No nos vamos a lanzar a la piscina sin consensos”, dijo la presidenta del Consejo de Ministros, quien responde a las críticas sobre la estrategia política del Ejecutivo.

¿En qué se enfocará la delegación de facultades legislativas que pedirá al Congreso?

En medidas para mejorar la recaudación, evitando la elusión fiscal, muy ligadas a las prácticas internacionales del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y la OCDE. Evitar el uso de paraísos fiscales para poder determinar dónde está la matriz y que se haga trampa con precios de transferencia al pagar los impuestos. Son medidas para grandes empresas (SE 1594, Legal y Política). No estamos cambiando la tasa impositiva; no es una reforma tributaria. Queremos potenciar a la Sunat para que sea un ente recaudador más fuerte.

¿Ya se reunieron con Fuerza Popular al respecto? Inicialmente este grupo se mostró en contra.

No, todavía. Espero hacerlo pronto y poder conciliar con ellos. Al Congreso llevamos leyes que son importantes debatir: una nueva ley de hidrocarburos, o ligadas a sectores como educación y salud. Acá [con las facultades] se trata de reformas más técnicas y cortas, ligadas a los compromisos internacionales que tenemos. No es una práctica inusual, todos los gobiernos han tenido [facultades delegadas].

¿Cree que en el 2018 la posibilidad de encontrar consenso con la oposición será mayor?

Ojalá fuera. En el escenario actual prendes la televisión y, si no es fútbol, es quién se echa más barro en temas de corrupción. Tenemos un problema que se llama Odebrecht. Ha contaminado toda la política del país. Tenemos que ser prudentes; los medios de comunicación también. No basarse en especulaciones sino en hechos y evidencias. Las imprudencias hacen que sea muy difícil que el público sienta optimismo, y es a través de éste que sale al mercado a consumir.

¿Acaso no es deber de un medio publicar información de interés público?

Tengamos cuidado. En tanto no ha salido el documento, no es algo confirmado. A partir de acusaciones te llaman al Congreso. Aunque no hayas hecho algo, te acusan por presunción por lo que alguien dijo. Estamos cometiendo un error en el manejo. Creo que el profesionalismo de todos implica buscar la evidencia.

Entonces, con esta coyuntura, ¿no avizora una mejora en las relaciones con Fuerza Popular?

Sigo insistiendo que no es así. De manera informal converso con muchos miembros de esa bancada. Hay dos espacios diferentes. Creo que hay mucho de lo que se ve la cámara de televisión y otra cosa es lo que se ve en el trabajo del día a día. Por ejemplo, no veo que haya problemas graves en el diálogo para la Ley de presupuesto. Para el próximo año habrá que seguir insistiendo. El tema no es vivir en un altercado permanente con el Congreso. El juego democrático implica que este tipo de balances tiene que existir. No reconocerlos es ser iluso; pensar que todo va a ser un camino de seda.

El mayor crecimiento económico esperado para el 2018 podría darles mayor capital político. ¿Lo usarán para impulsar reformas? ¿Cuáles?

Queremos impulsar reformas del mercado laboral. Algunas proempresa, otras protrabajador. Entiendo que hay un deseo de que cambiemos la Constitución [para flexibilizar el concepto de estabilidad laboral]. Eso no se puede hacer con las facultades delegadas. Si existe el espacio dentro del Congreso y están dispuestos, en buena hora. Si sucede desde el Tribunal Constitucional, en buena hora. Lamentablemente no lo podemos definir desde el Ejecutivo.

¿No debería ser una prioridad del Ejecutivo impulsar esta reforma, dada su importancia?

Tenemos que trabajar dentro del Consejo Nacional del Trabajo para llegar a consensos e incorporar a la masa laboral que está en la informalidad. Son materias sensibles, como la reforma de la seguridad social, pero no nos vamos a lanzar a la piscina y cambiar todo sin consensos sociales, porque [luego] se revierte de mala manera.

Pareciera que, ante esta falta de consensos, la bandera de este gobierno será la simplificación administrativa y la agilización burocrática…

No es cierto. Hablamos de una revolución social [y tener un Estado] que atienda al ciudadano rápidamente. Estamos haciendo cambios en anemia, agua y saneamiento, para dar los servicios básicos que requiere la población.

Pero los avances en los objetivos del gobierno tampoco han sido significativos este primer año…

No he visto un país que haya tenido una crisis como el Fenómeno El Niño y crezca casi 3%. Que haya recuperado puentes, carreteras y tenga la posibilidad de seguir creciendo. No lo ha hecho ningún gobierno, ni con el terremoto en Pisco. Además, tuvimos una crisis política muy fuerte por Odebrecht. Encontramos trabas burocráticas que hacían imposibles los proyectos de inversión. Encima de una situación política de debate y confrontación no buscada. Queremos entrar en una colaboración con el Congreso y éste se ha polarizado.

Bajo esas condiciones, el Perú sigue creciendo. No es solamente un fenómeno de destrabe. No es solamente un fenómeno por los [mayores] precios de los minerales. Te ayuda, es un viento a favor, pero estamos haciendo políticas públicas para mejorar la capacidad de gestión del país.

¿No hay una búsqueda por aprovechar el mayor capital político esperado para el próximo año?

La flexibilización laboral tiene que ser consensuada. Hemos enviado un proyecto de ley [para cambiar el Consejo Nacional de la Magistratura] que implica entrar al sistema de justicia. Vemos que éste tambalea por una acusación constitucional al [fiscal de la Nación] que realiza las investigaciones en el caso más importante, que es Odebrecht, y es la figura que representa esta institución. Hay mucho golpe desde el otro lado. No podemos hacer los cambios solos, tenemos que dialogar y encontrar los espacios de cambio.

Por ahí vienen las críticas al gobierno. No se evidencia una estrategia política para impulsar reformas propias.

Los decretos legislativos no son reformas propias. Hemos impulsado [otras] reformas importantes que se han denegado. Les ponen una etiqueta como “ideología de género”. Hemos impulsado reformas en materia anticorrupción y económica. Me suena a que pretenden que nos lancemos a la piscina y digamos “sí a la flexibilzación laboral”. Plantear el debate de la seguridad social con propuestas de todos lados, eso es un gobierno que arriesga y está trabajando. Necesitamos socios para jugar. Estamos planteando los puentes para dialogar.

La Comisión de Protección Social presentó sus propuestas de reforma. ¿Será una prioridad del gobierno impulsar estas propuestas?

Entiendo que los tres estudios que se hicieron son buenos, pero el gobierno no necesariamente va a tomarlos al pie de la letra. El sistema previsional no se resuelve sólo por un tema de administración [centralizar la recaudación]. Creo que sí hay que meter más competencia, no hay duda. Quién administra [el sistema] o cómo lo administra, son detalles que hay que estudiar.

¿Continuarán debatiendo la reforma previsional?

Es momento de revisarla. Este sistema ha sido perforado por las reformas y ya perdió vigencia. Cuando se aprobó el Sistema Privado de Pensiones el bono demográfico recién empezaba y ahora ya está en bajada. Hace falta debatir más al respecto. Creo que las soluciones se quedaron cortas.

Hay cierta desilusión respecto del gobierno por su manejo de las tensiones políticas. De cara al bicentenario ¿qué se puede esperar?

El gobierno quiere dejar una República con un ejercicio político mucho más saludable. Hay que plantearnos una reforma política. Eso también está en el Congreso y no es solamente una reforma electoral. Implica eventualmente la bicameralidad. Esto ayudaría también a reducir esta tensión política. Creo que dejaríamos un país más sano políticamente, sin riesgos, con más seguridad.

Obtenga las ultimas noticias de APAM