La construcción naval se contrae

Datos y opiniones de los expertos parecen indicar una retracción en la construcción naval. Este fenómeno se ha originado en 2019 y se extenderá con toda probabilidad durante 2020. Portacontenedores, petroleros, bulkcarriers… sufrirán los efectos de esta retracción. Desde noviembre de 2018 hasta ahora el número de nuevas construcciones es de 708 A causa de las nuevas circunstancias.

Entre ellas, las emisiones de CO2, el agua de lastre, el acondicionamiento de buques actuales o la indefinición de la vida efectiva de las nuevas construcciones… ¿van a poder durar toda su vida económica?, ¿cuáles van a ser los factores que condicionen las nuevas construcciones en los próximos años desde el punto de vista de la sostenibilidad medioambiental?, ¿qué combustibles utilizaremos en 2030, a solo diez años vista?

Como es natural, todos estos interrogantes retraen la posición de los armadores respecto de nuevas inversiones. Tampoco es que ayude mucho la indefinición de la IMO respecto de las medidas para reducir el nivel de emisiones de CO2 de la flota mercante mundial. La última reunión a mitad de noviembre en Londres del MEPC (Marine Environment Protección Committe) fue todo un poema de imprecisiones. Todas las decisiones quedaron aplazadas al encuentro de la próxima primavera, ya en 2020.

Es indudable que todo ello afectará al diseño de las nuevas construcciones (mejoras en la eficiencia y ahorro de energía), a los equipos de propulsión en función de los nuevos combustibles y el nivel e reducción de CO2.

Con este panorama, excepto si hablamos de buques gaseros o cruceros, parece que hay que tener madera de héroe para ser armador hoy.

AUTOR : ALONSO CONTRERAS : Alonso Contreras (a veces escrito “de Contreras”) es un experimentado marino con añoranzas del Egeo. Varado en tierra desde hace muchos años, como tantos otros, su morriña le lleva de vez en cuando a largar amarras y perderse no demasiado lejos. Como el Contreras de la Historia de España, pretende que su vida sea una mezcla de realidad y ficción.

Fuente : El Naucher