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Hidrovía Amazónica: demoras a la vista por observaciones de Senace

El consorcio Cohidro, a cargo del primer proyecto de hidrovía del país, tiene por lo menos dos meses para levantar las 500 observaciones técnicas del Senace; sin embargo, algunas están vinculadas al contrato de concesión y serían difíciles de subsanar.

La aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto Hidrovía Amazónica —que conectará las ciudades de Iquitos, Yurimaguas, Saramirizay Pucallpa con el norte y el centro del país, y con Brasil— estaba prevista para octubre, según el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Sin embargo, las observaciones técnicas que aún no termina de levantar el consorcio a cargo del proyecto y la falta de know-how de parte de las entidades vinculantes anticipan demoras.

“A veces existen criterios como si fuésemos una carretera o una minera. Ahí obviamente no va de la mano el criterio de la entidad con la naturaleza dinámica del proyecto”, sostuvo Carmen Benítez, gerente general de Cohidro, consorcio conformado por la china Sinohydro y la peruana Construcción y Administración (CASA), a SEMANAeconómica. El Servicio Nacional de Certificación Ambiental (Senace) declinó de participar en el artículo porque el proyecto aún está en evaluación.

La Hidrovía Amazónica, que demandará una inversión estimada de US$95 millones, apunta a dinamizar los corredores logísticos costa-selva en el norte y centro del país, pues permitirá que las embarcaciones de carga y pasajeros operen al 100% de capacidad, incluso en épocas de menor caudal de los ríos.

CONTRA EL TIEMPO

El consorcio tendrá que levantar más de 500 observaciones en los próximos dos meses. Gran parte de éstas está vinculada al procedimiento de dragado —operación en la que se extrae y transporta rocas y arenilla de algunas zonas de los ríos poco profundas— y a la ubicación del material extraído. “Muchos de los opinantes, principalmente Sernanp y la Autoridad Nacional del Agua (ANA), han enfocado sus preocupaciones a esos resultados: qué se va a hacer con estos tipos de sedimentos [material como arena o arcilla en el fondo de los ríos]”, contó Benítez.

También existe preocupación sobre cómo podría impactar el transporte del sedimento en la dinámica de los ríos. “Sin el sedimento el río no se movería de esa forma, no crearía esos hábitats. Hay toda una flora y fauna que se desarrolla porque el río tiene una dinámica. Se dice que se va a dragar en pocos kilómetros del río, pero cada parte está conectada”, sostuvo Jorge Abad, miembro del Centro de Investigación y Tecnología del Agua (CITA) de la UTEC que realizó observaciones al EIA detallado

Para reducir el impacto ambiental del proyecto, el consorcio tiene el compromiso de devolver el material extraído al río “para que mantenga su equilibrio de transporte de sedimento”. Sin embargo, hay aspectos que han sido observados y que involucran incluso los términos de referencia del contrato, como cuál será el volumen máximo que se dragará, qué entidades se encargarán de hacer la supervisión del proyecto, y qué otros métodos de medición se usarán para conocer la profundidad de los ríos, además de la batimetría. “El cálculo de estimar los volúmenes de dragado se establece en el contrato de concesión”, recalcó Eusebio Vega, gerente técnico de Cohidro. “Lo importante es que las entidades opinantes ya entiendan de qué va la Hidrovía Amazónica y que no la sobredimensionen. No podemos cambiar los escenarios y términos del contrato de concesión en la marcha”, refirió la gerente general de Cohidro. “La hidrovía es un proyecto nuevo para el Estado. Entonces, falta normatividad, reglamentos, falta que se deleguen competencia a las entidades pertinentes para que el proyecto sea eficiente”, agrega.

A eso se suma la carencia de estudios que impiden conocer cómo funciona el sistema fluvial del Perú y qué entidades deberían ser las encargadas de medir los sedimentos. “Nos preocupa que no se esté aprendiendo mucho de esta oportunidad. Lo que se debe activar es que digan de ahora en adelante Senamhi, Marina de Guerra, van a medir sedimentos”, consideró Abad.

Senace emitirá a inicios del 2020 su informe final sobre el EIA detallado, en el que definirá si considera que el consorcio logró levantar todas las observaciones. Así, la viabilidad de la Hidrovía Amazónica dependerá no solo del consorcio, sino del entendimiento de las autoridades para eliminar cualquier tipo de incertidumbre.

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