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El Brexit amenaza la fluidez de los intercambios comerciales del sector marítimo

Llegó el día D. A partir de ahora, 11 meses de transición en los que nada se modificará para dar paso a un cambio total. El comercio marítimo mundial ya perdió impulso en 2019 ante la incertidumbre por las tensiones arancelarias entre EEUU y China y la preocupación ante la posibilidad de un Brexit ‘duro’, que ya se ha descartado. El último Informe del Transporte Marítimo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) ya constata “problemas en los mercados globales”.

El reto que ha de afrontar el sector marítimo es el escenario post-Brexit, que se iniciará el 1 de enero de 2021, cuando finalice el periodo de transición. Los puertos y las empresas ya están ensayando y preparándose ante las posibles congestiones vinculadas a los mayores controles de carga y los trámites aduaneros.

El aumento de los plazos de entrega y el incremento de los costes son dos de las consecuencias que augura Prosertek, la empresa vasca de producción de equipamiento portuario en un estudio reciente. Incluso en el supuesto de que se firme un tratado de libre comercio, Prosertek cree que en el tráfico de buques roll-on roll-off, “los camiones tendrán que esperar que los agentes de aduanas comprueben la documentación e inspeccionen la carga, generando una ralentización de la cadena logística”.

Cambios en los plazos de entrega

El Brexit también traerá consecuencias en los tiempos de entrega de la mercancía para el consumidor final, ya que hasta ahora, los controles de los barcos que exportan productos a la UE desde el puerto de Dover tardan de media dos minutos en realizar el trámite. Un tiempo que ahora se doblará.

Ante esta realidad, los puertos británicos ya están planteando nuevas infraestructuras para instalar espacios de control de aduanas, a la vez que negocian con los principales lugares de destino de las importaciones desde el Reino Unido.

Aprovechando la retirada de la Unión Europea que supone el Brexit para el Reino Unido, la Asociación Británica de Puertos (BPA) admite que se crearán nuevos operadores de carga de los controles fronterizos. Por eso, su director ejecutivo, Richard Ballantyne, insta al gobierno a que “desarrolle una política de puertos libres que facilite una estrategia de zonificación inclusiva”.

Puertos Libres

Por su parte, el gobierno del Reino Unido planea crear 10 puertos libres. En ellos, no se aplicarán los aranceles fiscales y aduaneros, lo que permitiría la importación, el procesamiento y la exportación de bienes libres de impuestos. Las empresas en tales zonas generalmente pagan impuestos más bajos, como el IVA, y tienen una carga laboral más reducida para el empleado.

Esta figura ya existió en el Reino Unido entre 1984 y 2012, cuando se incluyó en esta categoría a Southampton y Liverpool, pero se acabó diluyendo porque no se hicieron reformas para ampliar su legislación. En toda la Unión Europea, existen 80 puertos libres. A pesar de eso, la UE rechaza la medida porque considera que “crean una competencias desleal entre las empresas del Reino Unido y las que operan cumpliendo las normas comunitarias”.

Bilbao, el puerto más afectado en España

En el caso del Estado español, el puerto más afectado es el de Bilbao. El director de la Autoridad Portuaria de Bilbao (APB), Ricardo Barkala, recuerda que un 17% de las toneladas que mueve el puerto, tanto para la exportación como la importación, se realizan con el Reino Unido. La capital bilbaína, junto a Santander, acumula el mayor tráfico marítimo entre España y Reino Unido entre las líneas de transporte de mercancías y ferris. La situación provocará que se produzcan más controles aduaneros y trámites.

Barkala augura que el Brexit “servirá para captar tráfico rodado del eurotúnel hacia el puerto de Bilbao”. Aunque la infraestructura tendrá que afrontar aumentos de gasto por los controles añadidos cuando finalice el periodo de transición del Reino Unido, Barkala insiste en las oportunidades que se generarán a partir del desvío del tráfico procedente de Dover y Calais. Para lograr el objetivo, Barkala reclama que Bilbao debe ser “un puerto más barato y más ágil”.

Una de las navieras que gestiona el trayecto en ferry desde Bilbao y Santander hasta el Reino Unido (Portsmouth), Britanny Ferries, asegura a NAUCHERglobal que “pese a que han notado la incertidumbre del Brexit con la caída del número de pasajeros en 2019, gracias a los simulacros que hemos ido realizando, estamos preparados para cualquier escenario comercial y marítimo que nos encontremos”. En este sentido, una portavoz de la empresa añade que “los pasajeros y los clientes de carga pueden reservar nuestros servicios con total tranquilidad”.

El Estatuto de Mercancía Comunitaria

Pero, ¿cómo afectará el Brexit a la navegación de los barcos o al proceso de compra de una embarcación? Miguel Ángel Serra, asesor jurídico de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN) y socio del bufete de abogados Albors Galiano Portales, especializado en el ámbito marítimo, aclara que “la bandera del banco no otorga ningún estatuto ni convierte a la mercancía”.

Serra explica que cualquier embarcación que se haya adquirido hasta ahora dentro del territorio de la UE seguirá teniendo la consideración de comunitaria. Una vez finalizado el periodo de transición del Brexit, en 2021, los barcos tendrán una moratoria especial de 18 meses para navegar por aguas británicas sin abonar aranceles e impuestos, siempre que cumplan tres requisitos: la bandera, el propietario y el usuario final al que va destinada la mercancía sean de un tercer país.

El Estatuto de Mercancía Comunitaria también se aplica a los barcos británicos que estén en España. Según Serra, unos de los indicadores que servirán para saber si debe o no pagar impuestos especiales para navegar es comprobar si ha abonado el IVA. Eso sí, la embarcación que permanezca más de tres años fuera de la UE perderá la condición de Estatuto de Mercancía Comunitaria.

Por su parte, las embarcaciones que son abanderadas de la Unión Europea, si se han comprado antes del Brexit, también poseen el Estatuto de Mercancía Comunitaria. En cambio, los barcos que se adquieran a partir de 2021, no serán considerados ya comunitarios, pero pueden optar a un régimen de importación temporal de 18 meses, similar al previsto en la navegación.

Este periodo de transición del Brexit, que finaliza en 31 de diciembre de 2020, debe servir para que puertos, empresas y el sector marítimo se adapten a las nuevas condiciones comerciales, que estarán marcadas por el interrogante de los acuerdos políticos que alcancen la Unión Europea y el Reino Unido.

Fuente : El Naucher

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